Mª Pilar Llop: “la igualdad entre hombres y mujeres es el único mecanismo del progreso de la democracia”
“La Constitución de 1978 dio solución a algunas de las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres, auténticas discriminaciones que se producían a las mujeres sin ningún motivo”
Ávila, 24 de octubre de 2018. “La igualdad entre mujeres y hombres es el único mecanismo del progreso de la democracia”, así ha sentenciado Mª Pilar Llop Cuenca, delegada del Gobierno para la Violencia de Género y Magistrada, en su ponencia en la Escuela de Otoño “La vigencia de la Constitución y oportunidad de reforma”, de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) y el diario La Razón.
La CE en 1978 fue fruto del consenso porque rompió una importante inercia y es que cada vez que había cambio de gobierno, también cambiaba la Norma Fundamental que regía ese gobierno. “Nuestra Carta Magna ha sido resistente a esas alternancias de poder”. Estamos en el número 12 periodos de legislatura y vivimos 40 años de democracia en nuestro país. “La CE sigue viva gracias al trabajo de miles de personas y porque estableció unos mecanismos que su reforma estuviera salvaguardad de caprichos e intereses partidistas”.
La CE no es una norma que no permita esa modificación, solo en dos ocasiones hemos visto una reforma constitucional a pesar de las múltiples transformaciones de la sociedad. La de 1992 con el art. 13.2 para establecer el nuevo estatuto de ciudadanía comunitaria. Para permitir el derecho de sufragio pasivo a ciudadanos EU no españoles; y en 2011 con el art. 135, un cambio menos agradecido que por motivos de la globalización y crisis económica tuvo que introducir los límites al déficit (techo de gasto) que impactó en los servicios públicos que ofrecía nuestro estado social de Derecho. Esto ha provocado desigualdad social, principalmente en las mujeres que son las que dejaron de trabajar por el cuidado de las familias y son las que ejercen trabajos más precarios y temporales y han visto sus carreras estancadas.
Esta igualdad entre mujeres y hombres va a permitir el auténtico progreso en una democracia. La CE dio solución a algunas de las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres, auténticas discriminaciones que se producían a las mujeres sin ningún motivo.
Lo que hace la CE es una revisión extraordinaria del ordenamiento jurídico para poder depurarlo de todas estas discriminaciones. Aun así quedaba mucho camino y queda por recorrer. Hernández Gil en el debate constitucional del senado de 1978 señalaba que la pieza clave de la estructura constitucional era la libertad.
La igualdad material en el derecho tiene que ser la igualdad de trato, cómo luego se aplica la Ley. Nos encontramos en muchas ocasiones leyes que declaran la igualdad, pero luego cuando las llevamos a la práctica producen efectos discriminatorios en su práctica. Lo estamos viendo día a día. Por eso, como ha señalado Llop, la CE tiene que ser “rellenada” con todo el significado e interpretación de sus principios, derechos y libertades que ella misma consagra.
La carrera por la igualdad no había hecho más que empezar hace 40 años. Las feministas más sabias, dicen que se ha hecho mucho, pero también se ha hecho bastante poco. Sobre todo en lo relativo a los derechos de las mujeres. El principio de igualdad sigue teniendo resistencias en nuestra democracia. “El panorama actual es un país en el que se reconocen los derechos de las mujeres formalmente, pero no se han consolidado del todo”.
Principalmente, según la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, desigualdad en muchos aspectos como en la violencia de género y en la violencia en general contra las mujeres. Ha cuestionado el modelo de sociedad que queremos y estamos buscando y ha apelado a los jóvenes para hacer este cambio. “Estoy dispuesta a defender la igualdad y la libertad con uñas y dientes, no podemos dar ni un solo paso a atrás, pero tenemos que tener claro qué modelo de sociedad queremos”.
El legislador aprueba una Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. “La ley que más va a transformar la sociedad. La ley que más resistencias ha tenido a su aplicación y a su interpretación”.
Llop ha definido el machismo como “el comportamiento y las conductas que nos reconocen como inferiores y además nos expulsan de los espacios públicos y nos devuelven al espacio privado. Cuando tenemos una Ley Integral de la violencia de género que hace esto, tenemos que saber que no puede tener ni un sólo retroceso”.
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